El 25% de la población española (9,8 millones de personas) sufre dolor cervical o lumbar en nuestro país, según la Encuesta Europea de Salud en España. Esto supone que al menos uno de cada cuatro españoles mayores de 16 años padece estas patologías: el 30% de las mujeres y el 19% de los hombres. En la mayoría de los casos, estas molestias están provocadas por permanecer mucho tiempo de pie, por adoptar malas posturas en el trabajo, cargar pesos, o realizar gestos inadecuados de manera repetida y frecuente.
La Doctora Aurora Garre, asesora médica de Cinfa, explica que “el lumbago se manifiesta como un dolor intenso en la parte baja de la espada (entre las últimas costillas y la zona glútea), que puede irradiarse o no por una o las dos piernas. Estas molestias –añade- limitan de forma importante los movimientos, impidiendo acciones cotidianas como realizar ejercicio, adoptar ciertas posturas o acarrear pesos. Por esta razón, y aunque no se trata de una patología grave, puede resultar muy incapacitante y dolorosa”.
Si bien es un problema más habitual en personas con sobrepeso, mujeres embarazadas o en edades a partir de los cuarenta años, la doctora afirma que es una dolencia común, que puede afectar a muchas personas, y que es muy importante mantener una actitud positiva ante ella: “La mayoría de las lumbalgias tienen un buen pronóstico. Es fundamental permanecer activo, incorporándose cuanto antes a las actividades diarias y al trabajo así como recordar unas pautas posturales básicas para evitar que vuelva a aparecer”.
Diez consejos para aliviar el lumbago. Una vez que el dolor ya se ha hecho patente, podemos aliviarlo con una serie de medidas.
1. Evitar las situaciones o movimientos que más dolor provocan.Aunque por lo demás puede hacerse vida normal.
2. Caminar y realizar ejercicio moderado. Evitando los excesos.
3. Evitar cargar peso durante unas semanas
4. Evitar los movimientos repetitivos que sobrecarguen la espalda
5. Evitar el reposo total en cama. Para acelerar la recuperación y reducir el riesgo de que se repita en el futuro, es importante mantener la actividad física que el dolor le permita (incluido el trabajo, si es posible).
6. Adoptar una postura adecuada para dormir. Colocar una almohada debajo de las rodillas y otra bajo el cuello y evitar las camas muy duras o excesivamente blandas.
7. Aplicar calor durante 20 minutos varias veces al día. Para relajar la musculatura.
8. Utilizar fajas flexibles que no limiten la movilidad. Gracias a la compresión que ejercen, permiten un alivio temporal de las molestias.
9. Recurrir a tratamientos físicos. Masajes suaves en la zona o aplicación de ultrasonidos y calor local.
10. Consultar al médico o al farmacéutico. Para valorar el uso de analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y mejorar la capacidad funcional, o sobre la posibilidad de recurrir a relajantes musculares en aquellos casos en los que el dolor sea muy intenso, y siempre que su utilización no supere la semana.
Si, tras aplicar estas recomendaciones, al final de la segunda semana no se experimenta una mejoría, es conveniente acudir al médico, para descartar otras posibles causas o valorar distintos tratamientos.
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lunes, 5 de marzo de 2012
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