Pocas actividades dirigidas nos limitan tanto en los movimientos a realizar como el spinning. Paso uno: súbete a la bici. Paso dos: da pedales. Fin de la historia. Y sin embargo, tenemos que animar las sesiones y hacer cada una de ellas diferente de las demás.
¿Y cómo lo hacemos? Os dejo algunas ideas que pueden interesaros para hacer más animada y divertida una clase de spinning sin caer en movimientos peligrosos para nuestro cuerpo.
Por supuesto, lo de los dos pasos es una exageración: todos sabemos que en el spinning entran en juego muchos más factores como la técnica de pedaleo, la activación abdominal… Pero básicamente sigue consistiendo en, más despacio o más deprisa, dar pedales.
Atrás quedaron ya los tiempos en los que veíamos a diario movimientos como el jumping (ponernos de pie y sentarnos en intervalos muy cortos) u otros más lesivos como los bloqueos de cadera o las antiguas flexiones sobre el manillar.
El spinning es lo que es: entrenamiento de resistencia cardiovascular y muscular. Si queremos hacer flexiones o trabajar el tren superior, nos irá mucho mejor hacerlo en la sala de fitness.
Es tarea del instructor planificar correctamente la sesión para alcanzar un resultado concreto, dar toda la información necesaria a los alumnos a lo largo de la misma para que se mantengan en el rango de intensidad correcto y, además, animar la clase.
La forma número uno de animar una sesión es a través de la música. El instructor debe tener en cuenta los gustos de la clase, pero sin perder su propia identidad, ya que va a ser una de las maneras de distinguirse de los demás. Incluir temas divertidos e identificables en la sesión, que inviten a los alumnos a participar activamente, es siempre un aliciente.
¿Y qué os parece una sesión en directo? Si tenéis algún conocido al que le guste mezclar música siempre podéis invitarle a pinchar en directo una sesión. Claro está que previamente deberéis acordar los BPM que necesitéis usar en cada momento, pero puede ser una experiencia diferente y enriquecedora para todos.
También podemos realizar “pequeños viajes” sobre la bicicleta. Invitar a los alumnos a imaginar cómo es el paisaje que van atravesando con su bici puede ser divertido. Además, en un arranque de originalidad, podemos incluir efectos especiales: conozco a alguno que en medio de una clase ha dicho “de repente se pone a llover” y se ha bajado de la bici armado con un spray para mojar a los presentes.
Proyectar imágenes durante la sesión también entra dentro de esta categoría. Las podemos utilizar mientras vamos narrando por dónde va discurriendo nuestra salida con la bici. Tan fácil como preparar una presentación de PowerPoint y proyectarla en la pared principal de la clase.
Dividir la clase en grupos para que vayan realizando movimientos diferentes puede ser muy divertido. Mientras un grupo permanece sentado, el otro puede ir de pie en la bici, y viceversa. Esto exige un muy buen conocimiento de la sesión por parte del instructor, que debe realizarla de forma simétrica para que todos realicen el mismo trabajo.
Como veis, hay muchas formas diferentes de animar una clase de spinning y que no implican movimientos de riesgo. ¿Habéis realizado alguna sesión “especial” de la que guardéis un buen recuerdo?
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domingo, 12 de mayo de 2013
Spinning: cómo animar una sesión sin jugarnos la salud
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